El miedo

18-06-07

Por Hernán Di Lorenzo

Para los que no asistieron a las asambleas o los que todavía no pueden, no quieren o no saben ver lo que está pasando, quizás un resumen ayude a aclararlos.

Aparentemente este martes se firmará la última propuesta del rectorado, mucho más detallada y completa que la anterior y escueta carilla sin membrete que Ctera calificó como la solución a todos los reclamos.

Antes de iniciarse el conflicto el gremio de Ctera eligió un curso de acción (que hoy, a la luz del concreto desenvolvimiento del mismo) fue claramente inconducente a los fines que se proponía.

Si existía la necesidad de concretar una serie de reclamos propios del personal del colegio (titularización, consejo directivo, etc.) no se entiende como podría serle contraproducente el apoyo explicito de otros multitudinarios actores (padres, alumnos, etc.) ¿Porque se decidió operar entonces abiertamente en forma contraría a ellos siempre? (en los medios, en las asambleas y en las mesas de dialogo)

Hoy, la posibilidad de concretarse los reclamos está mucho más cerca de lo que estaba hace tres semanas. Ahora, si no entendemos que ambos gremios van a tratar de arrogarse estos logros obtenidos somos, cuando menos, ingenuos.

Hoy Ctera alega que lo que se obtuvo fue resultado del paro que realizaron.
Ahora, no es necesario hacer un gran esfuerzo de memoria para recordar que este paro fue una medida que se tomaba por la supuesta falta de “garantías institucionales”. Estos fueron los motivos enunciados en la asamblea que decidió ésta medida. Se utilizaron argumentos pivoteados únicamente alrededor del miedo (mejor aliado a la hora de querer que nada se haga) para denunciar los peligros inmanentes producto de mantener la toma con clases del colegio.
Se llegó incluso a decir que no pagarían los sueldos y que podrían “bajar sanciones” desde el rectorado por participar de esta medida de fuerza. ¿Sancionar a alguien por trabajar?

Aunque todos sabemos que todo esto es ridículo tendemos a paralizarlos, a no pensar con claridad y a creer estos sinsentidos. El miedo está haciendo su trabajo.

Afortunadamente nada de esto ocurrió, sino todo lo contrario; y el rectorado se plegó a los reclamos de los actores que los reclamaron.

Durante este conflicto, muchos han contemplado las contradicciones que aparecieron en uno de los gremios. Mientras tanto, unos pocos de los que tienen que hacer valer sus derechos a través de ellos no abrió sus ojos y no advirtió la realidad que los rodeaba. A ellos solo les queda seguir siendo lo que son; la verdad es transparente solo para quien desea verla.

La única forma de hacer valer nuestros derechos en un sistema gremial representativo es a través de nuestro delegados. Es nuestra responsabilidad saber si nos representan y defienden nuestros intereses honestamente.


“No es que ellos sean tan grandes, es que nosotros estamos arrodillados”
(Turpin, líder sindical Irlandés, refiriéndose a los ingleses.)


Hernán Di Lorenzo
(laboratorio)

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